domingo, 26 de febrero de 2012

EL MANUSCRITO 1 El secreto, a través de Fernando Rivas

El Manuscrito fue mi primera experiencia con un libro digital en Español. A principios de año entré a la tienda Amazon a mirar que libros encontraba de literatura. Al azar vi El Manuscrito resaltado con la palabra Premier. Dudé comprarlo porque parecía un regalo. Ese precio para un libro que la nota introductoria me indicaba fascinante, era de no creer. Se me vino a la mente los dichos populares: "De eso tan bueno ya no dan tanto", "muy bonito para ser cierto". No obstante me dije: No pierdo nada con probar.

¿Es suficiente referirme a El Manuscrito con algún adjetivo calificativo?

Afortunadamente no. No soy un crítico literario, por tanto, no necesito usar los conceptos que Ellos utilizan para evaluar una novela: "Es una novela lineal"; "La argumentación parte de una falacia"; "El autor no sigue una secuencia lógica"; "Parece que el Español es el segundo idioma de la escritora"; "Debió utilizar en ese párrafo un símil en vez de una metáfora"; "El lenguaje es demasiado florido cuando debió haber escrito frases cortas":

¿Es importante que hable acerca del libro cuando ya algunos escritores lo han dicho casi todo?

Famosos escritores con premios literarios han hecho análisis, comentarios, reseñas del libro. Según he podido constatar en la página de la autora en Facebook. No he leído nada al respecto. Soy un lector con capacidad de asombro. Eso es todo. Busco al leer experimentar, asimilar, y expresar con mis propias palabras lo que el libro me comunica. Si hubiera leído los comentarios de los especialistas, entonces no tendría nada qué decir. Porque mi actividad cotidiana nada tiene que ver con la relación existente entre el significado y el significante para decirlo con términos lingüísticos. Pero al mismo tiempo tengo mucho qué decir por el simple hecho de haber leído el libro, por tanto, tengo derecho a la doxa, la opinión.

El Manuscrito es un libro muy bien escrito: Tiene acción, pasión, ensueño. Blanca Miosi tiene la virtud de generarle dudas al lector a medida que se desarrollan los acontecimientos. ¿Es Dante el hijo y no el sobrino del Conde Claudio Contine-Massera? Si es su hijo, Dante tiene el componente sanguíneo para fusionar todos los elementos bioquímicos para la obtención de la fórmula de la eterna juventud.
La madre de Dante, era una hermosa mujer. Usando una de las expresiones de la escritora en uno de sus cuentos, "una mujer fatal". De ésas que enamoran y enloquecen a los hombres. Ella tenía relaciones con Claudio, eran más que cuñados, cuando se casó con Bruno el hermano mayor y heredero principal de la fortuna de la familia. El monje Francesco le dijo a Dante que El era hijo de Claudio. Pero no le dijo que él también la amaba. Y sufría profundamente, en silencio, por las aventuras amorosas que tenía con otros hombres mucho más jóvenes que Ella.

El Conde ha invertido una fortuna en la financiación de un laboratorio farmacéutico secretamente ubicado debajo de una cancha de Golf. Espera obtener ganancias millonarias con ese producto. La humanidad lo desearía por sus propiedades mágicas. Existen indicios evidentes que el conde ya había experimentado con el medicamento por la forma de su rostro al morir: Como si jamás hubiera envejecido.

Mi intención no es hacer un análisis pormenorizado o exhaustivo de la novela Tan sólo compartir algunas notas de lectura y los aspectos que más me han llamado la atención como la relación existente entre Nicholas Blohm y Dante Contini-Massara: Son escritores sin éxito. Tienen en común problemas económicos. A Nicholás un desconocido el 8 de Noviembre de 1999 en un parque de New Jersey le entregan un manuscrito. Una obra anónima de alguien que había fallecido. Al leer el manuscrito piensa publicarlo para obtener fama y fortuna. Nicholás sabe que escribir para obtener fama es una actividad ardua, desesperante, y a veces frustrante. Especialmente cuando no se reciben ingresos y no se pueden satisfacer las necesidades básicas. Por otra parte, Dante entre el 9 y 10 de Noviembre de 1999 viaja de Manhattan a Roma con un dinero que le prestó una amiga para el pasaje. la razón de su viaje no es la salud de su tío sino la fortuna que le debió haber dejado.
Tanto Nicholás como Dante tienen también algo más en común: Viven en 1999 cuando el fenómeno Amazón, el libro digital, y Facebook, no eran una realidad evidente. De lo contrario, Hubieran publicado sus libros con relativa facilidad, habrían compartido lo que escribían entre ellos; sí, como en una especie de narcisismo, de convivencia intrínseca del mutuo elogio; e incluso, habrían creado un grupo de literatura por Internet para dedicarse de lleno a la alabanza mutua y compartir la tan anhelada fama y fortuna. o por lo menos, mitigar en parte la desesperanza que a veces de para el oficio de escribir bien.

Finalmente, el lenguaje que utiliza la escritora va más allá de la simple descripción de los hechos. Su mirada interroga lo que otra no puede ver. Indaga lo que a simple vista parece Ser y no Es. Se detiene a mirar con detenimiento la ubicación de un objeto con relación a los demás en un espacio determinado. No es el simple reloj que descansa en la mesa, ni es el contraste de luz a través de la ventana, ni la forma como está distribuida la cama en la habitación. Lo que se observa en la inmediatez de una habitación habla del ser que la habita sin necesidad de que esa persona lo mencione. Y plasmar, en un instante, las diferentes perspectivas de lo que se observa, es la magia y el encanto que tiene el lenguaje de Blanca Miosi.


Fernando Rivas Hernandez
Faebook: https://www.facebook.com/FernandoRivasHez